Cuando ayudamos a nuestros clientes a amueblar su casa, hay una pregunta que siempre surge en algún momento: ¿En qué muebles conviene invertir más, y dónde podemos ajustar el presupuesto? Y es una muy buena pregunta. No todo tiene que ser de alta gama, pero tampoco todo vale con tal de ahorrar. La clave está en saber priorizar.
Con los años, hemos aprendido a combinar estética, funcionalidad y durabilidad. No se trata de llenar la casa de muebles caros, sino de elegir bien qué piezas deben resistir el paso del tiempo y cuáles pueden ser más flexibles o cambiantes.
¿En qué piezas merece la pena invertir?
El sofá
Es uno de los muebles que más uso recibe. Si no se elige bien, se nota: se deforma, pierde firmeza, se desgasta o simplemente deja de ser cómodo. Una buena estructura, espuma de calidad, tapicerías resistentes (y mejor si son desenfundables) marcan la diferencia a medio y largo plazo.
La cama y el colchón
No se ve, pero se nota. Dormir bien mejora el humor, la salud y la energía. Invertir en un colchón adecuado, un buen somier y una base firme es clave para el descanso. Lo mismo con la ropa de cama: los tejidos naturales y transpirables hacen que todo sea más agradable.
Sillas de comedor
No son solo decoración: hay que sentarse en ellas todos los días. Las sillas bien fabricadas duran más, no se tambalean y siguen siendo cómodas con el paso del tiempo. Aquí merece la pena evitar las opciones de baja calidad, por muy atractivas que parezcan.
Iluminación principal
Una buena lámpara no solo decora, también cambia cómo se percibe el espacio. Elegir piezas con buen diseño y calidad técnica permite tener una luz cálida, funcional y que no desluzca con el paso de los años.
Mobiliario a medida o de almacenaje
Cuando un armario, un mueble bajo o una estantería está bien diseñada desde el inicio, se aprovecha el espacio y se evita acumular muebles auxiliares que estorban. Si el presupuesto lo permite, aquí invertir con cabeza siempre da buen resultado.
¿Y dónde se puede ahorrar?
Textiles y complementos
Cojines, mantas, alfombras, cortinas… Son fáciles de cambiar, permiten seguir tendencias sin comprometer todo el estilo de la casa, y no necesitan materiales de altísima gama para funcionar bien.
Mesas auxiliares y piezas de apoyo
Son muebles de uso ocasional. Si se eligen con buen criterio estético, no necesitan una inversión grande para encajar bien en el conjunto.
Muebles para zonas de paso o de poco uso
En un recibidor o una habitación de invitados, por ejemplo, se puede ser más flexible. Aquí no hace falta invertir tanto como en las zonas de uso diario.
Estanterías abiertas o decorativas
Una buena composición de baldas puede dar mucho juego sin necesidad de recurrir a muebles pesados o a medida. Con un poco de estilo y orden, funcionan muy bien.
Algunos errores comunes
A veces se prioriza lo estético por encima de lo práctico, o se gasta demasiado en piezas que no se van a aprovechar. También es fácil caer en la tentación de comprar muebles solo por impulso o porque están de moda. Con un poco de planificación y realismo, se evitan errores y se logra un equilibrio más duradero.
Antes de comprar, conviene medir bien, pensar en cómo se va a usar cada mueble y definir un orden de prioridades. No hace falta tenerlo todo el primer día. Una casa bien pensada se construye con tiempo.