Guía para decorar terrazas, balcones y patios con frescura, naturalidad… y luz.
Más allá de cojines bonitos y plantas bien colocadas, decorar un espacio exterior para que se disfrute de noche implica pensar en cómo se vive: una cena informal, una conversación larga, un rato de lectura, un cóctel improvisado. Aquí, la clave está en la sensación que ese rincón transmite cuando se encienden las primeras luces suaves y el ambiente se llena de calma.
Iluminación: el alma de la noche
Es el punto de partida. Una buena iluminación exterior no debe ser excesiva, sino cálida, matizada y envolvente. Las guirnaldas de luz, los farolillos portátiles o las lámparas solares con bombilla ámbar crean atmósferas íntimas y acogedoras. Apuesta por fuentes de luz indirecta, a diferentes alturas, para generar profundidad y juego de sombras.
Tip MDS HOME: combina una guirnalda decorativa con una lámpara de sobremesa portátil y una vela aromática en un farol metálico. El resultado es luz funcional y ambiente relajado en una sola composición.
Mobiliario que invite a quedarse
No se trata solo de elegir muebles bonitos, sino cómodos, duraderos y adaptados al espacio. Si es pequeño, un banco con almacenaje o sillas plegables. Si tienes metros de sobra, un sofá modular o una chaise longue. El truco está en los textiles: cojines en tonos tierra o verdes empolvados, alfombras de exterior y mantas finas para cuando refresca.
Materiales como madera tratada, ratán sintético o aluminio son resistentes y fáciles de mantener. Y si puedes, crea dos zonas: una para comer y otra más relajada para después.
Decorar también es crear momentos.
Y los mejores, muchas veces, ocurren bajo las estrellas.
Naturaleza viva, incluso en maceta
Las plantas son esenciales. Dan frescura, textura y vida. Las enredaderas como la hiedra o el jazmín aportan verticalidad y perfume. Los cactus o suculentas son perfectos si buscas bajo mantenimiento. ¿Tienes poco espacio? Prueba con un jardín vertical, estanterías con tiestos, o maceteros colgantes.
Idea: añade un toque de color con flores de temporada como petunias, lavandas o geranios.
Pequeños detalles que transforman
Bandejas de madera, jarrones de vidrio reciclado, cestas de fibras naturales, lámparas de papel o textiles de lino lavados. Son los objetos que visten y dan personalidad. Juega con lo artesanal, con piezas que se sientan hechas a mano, que cuenten una historia. Y no olvides un punto sonoro: un pequeño altavoz bluetooth puede acompañar la noche con tu lista de jazz, bossa nova o soul favorita.
Pensar el espacio en clave de experiencia
¿Una cena con amigos? ¿Lectura en soledad? ¿Ver las estrellas con tu pareja? Cada objetivo necesita un pequeño gesto: una mesa auxiliar, una lámpara más cálida o una manta extra. Pensar en el uso es lo que convierte un rincón bonito en uno verdaderamente vivido.
La noche también es hogar
No hace falta una gran terraza para vivir el exterior, incluso un balcón pequeño puede ser un refugio si está bien pensado. Con frescura, naturalidad y una iluminación cuidada, cualquier espacio puede transformarse en un lugar donde el verano se alarga, la conversación fluye y la noche se disfruta sin prisa.